TUMBA 142
Historia de la tumba
Casi en superficie aparecieron unas estructuras irregulares de piedras puestas con tierra, que denunciaban la existencia de una pared con forma de ángulo recto. Esta pared va acompañada en su parte externa de una estructura de adobes.
En la parte interna del ángulo se encontró la tierra movida, que se fue extrayendo y a los pocos centímetros de profundidad se vio que formaba una cavidad rectangular excavada en la roca natural del cerro. En su parte E había sido destruida por los barrenos utilizados para plantar almendros. La tumba 141, que ya hemos descrito, quedaba situada en el mismo borde de la excavación de dicho rectángulo, coincidiendo el fondo de la vasija con el fondo de la excavación de la roca. Tenemos, por tanto, que la tumba 141 fue construída posterioremente a las que estamos describiendo.
Cuando se fue excavando lo primero que llamó la atención fue la inexistencia de la aparición de madera carbonizada, no quemada, de fibra muy larga, que creemos proceden de vigas de haya.
– Cista: Enterramiento que consiste en cuatro losas laterales y una quinta que hace de cubierta.
– Ajuar: Conjunto de muebles, enseres y ropas de uso común en la casa.
– Necrópolis: Cementerio de gran extensión en el que abundan los monumentos fúnebres.
– Adobe: Masa de barro mezclado a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al aire, que se emplea en la construcción de paredes o muros.
Desconocemos cómo se accedía al interior de esta cámara, pero esta tuvo una techumbre de madera y un muro perimetral del que no quedan restos. El interior de la tumba tendría las paredes formadas por adobe y madera, la cual estaría forrada con el mismo yeso pintado del suelo. En el centro de la cámara, se aprecia el fondo de una fosa de un enterramiento secundario, donde se recuperaron los restos de un caldero de bronce y de un individuo cremado.
Esta tumba se encontró sin ajuar, el cual debió ser trasladado o robado cuando la tumba aún estaba en pie.